miércoles, 24 de marzo de 2010

Los primeros días sin droga

¿Cómo y cuándo fue el primer día que pasé sin drogarme?
He dicho que durante 13 años, con sus días y sus noches, yo consumía cocaína; primero un poco; al cabo de los años, el consumo fue inmenso: 10 gramos diarios. Y cuando me preguntan si era mucho, les digo que siempre es mucho, que siempre es dañino.
Y para un adicto, la droga es un grillete que cargamos sin darnos cuenta (o sí, pero no queremos asumirlo), y así vamos por la vida, con una bola negra atada al tobillo, y esa bola negra es cada vez más pesada, cada vez más insostenible. Pero ahí estamos, haciendo malabares de peligro para no dejarla. En definitiva: el adicto no sabe ser libre, pero cree que goza de libertad y que puede hacer lo que quiera. “No, no tengo problemas; no, la droga no me controla”, esas y otras estupideces argumentamos cuando alguien osa, siquiera, sugerirnos que dejemos ese vicio.
¿Qué se siente ser libre? ¿Qué se piensa cuando uno ha comenzado a intentar dejar las drogas? Miedo, mucho miedo. Y no es justificación, pero cuando la Guerra Civil en Estados Unidos abolió la esclavitud; cuando en México la Revolución acabó con la esclavitud de muchos mexicanos, la historia fue la misma: hubo ex esclavos que se suicidaron; hubo esclavos que pidieron regresar a su condición, y fueron con los caciques y los hacendados a pedir que los regresaran. Con esto quiero explicar que una forma de vida, que un hábito esclaviza a cualquiera, y salir se de esos esquemas es bastante complejo. La libertad asusta, da miedo, porque significa una enorme carga de responsabilidad.
Durante 13 años no hubo día ni noche que no consumiera aunque fuera un poco de droga; 13 años… 4 mil 745 días, más o menos, haciendo la misma estupidez, formaron un hábito, una constante, un condicionamiento que, incluso, llegué a creer que era “normal”. Romper con eso estaba grueso, lo veía imposible, pero sucedió.
Tomaba yo un curso de superación personal (Contranalisis, de Leonardo Stemberg), más a fuerza que de ganas, y es tal la efectividad del curso que, sin planearlo, sin quererlo, un buen día me olvidé de comprar droga y así llegué a mi casa: con la bolsa vacía de veneno.
Apenas iba a abrir la puerta, me di cuenta que no había comprado droga, y como mi familia sabía de mis andanzas, no quise provocarles un enojo y decidí que ya no iba a salir, que ya me metía y, bueno, haría algo verdaderamente normal: llegué a cenar con ellos, platicamos y se les hizo raro (tanto como a mí) esa noche especial. Subí a dormirme tarde, para que el sueño me venciera y no estuviera yo pensando en la droga. Y, fue raro: no me costó trabajo conciliar el sueño y la ansiedad que pensé iba a sentir, nunca llegó.
Esa fue la primera noche en que pude dormir bien, en que mi cuerpo y mi mente descansaron suficiente. Y fue hermoso (sí, hermoso) dejar que cuerpo fluyera.
Al paso del tiempo, poco a poco, comencé a tener períodos más prolongados de sobriedad, y sería el curso, pero la verdad es que no tuve ataques de lo que llaman síndrome de abstinencia y no me puse loco cada vez que dejaba de drogarme durante varios días, semanas, meses.
Así, un día llegó en que la droga no me entró más; ese día en que me di cuenta que podía ser libre de verdad, en que ya no dependería de una sustancia para encerarme en mi mundo.
Y sí, me dio miedo ser responsable; me dio miedo tener que reiniciar mi vida en todos los niveles: social, familiar, laboral. 13 años tirados a la mierda tuvieron consecuencias, se entiende y, ni hablar, había que comenzar de nuevo.
Al tiempo, estar sin drogas ha sido el paraíso, ha sido la tierra prometida, la libertad verdadera, esa que me ha permitido seguir caminando, avanzando.
Y, ¿saben? Si siente muy bien vivir así como hoy vivo, sin ser esclavo de mi mismo, sin ser esclavo de una sustancia y no, ya no tengo prisa de recuperar ni de reconstruir nada; al tiempo, todo se ha ido acomodando en mi día a día. Entiendo así el sólo por hoy de algunos grupos de autoayuda; entiendo así que la vida es hoy, no ayer, no mañana; hoy. Y hoy camino libre, libre de veras.

2 comentarios:

  1. exelente aporte lo lei todo y se siente exactamente como tu dices un drogadicto te lo dice saludos, y me alegra saber que si alguien puede yo podre.

    ResponderEliminar

Trolls, favor de abstenerse. No son bienvenidos.