miércoles, 2 de marzo de 2016

A punto de inmolarme... otra vez.

A punto de inmolarme.
Otra vez.
El 17 de marzo me operarán del pólipo en cuerdas vocales. Y eso, es el inicio del fuego.
Me explico:
1.- A partir de ese día tendré que estar 10 días SIN HABLAR. Es parte de la recuperación. Y yo, que vivo de hablar y hablar, de comunicarme todos los días con los colegas. Imaginen el martirio. Sí, ya sé que tengo otras formas de comunicarme, pero no es lo mismo. Los reto a que estén un día sin hablar.
2.- Por si fuera poco, pues ese día bye-bye-bye for ever and ever al cigarro. Ya lo vengo intentando desde hace unas semanas y, bueno, me queda claro que desde ese día, never more.
3.- Tengo una semana caaaaaaaaaaaaaaasi sin refresco. Digo, de los 5 que me tomaba a diario, me he tomado como 3 EN UNA SEMANA!
4.- Pues, ya de paso, regresaré a beber agua y, por qué no, pues tendré que llevar una dieta estricta: cero irritantes, cero grasas, todo muy sano.
Es, más que inevitable, necesario que me atienda, que resuelva esta situación de salud. Así que, chamba más, chamba menos, he pensado seriamente en ausentarme esos días días, y quizá me rente las películas que no he visto, las series que me faltan (afortunadamente en esos días estrenarán House of cards, y espero que entreguen todos los episodios juntos) y me encierre sin saber nada del mundo.
Como cuando dejé las drogas.
Como cuando recuperé la vista.
Una vez más me inmolaré, y habré de renacer una vez más.
Más fuerte.
Más paciente.
Más tolerante.
Menos aprehensivo.
Más feliz.
Y otra vez, va por mí y por todos mis compañeros.
Preparen las antorchas.


Ahí les voy.