miércoles, 19 de diciembre de 2012

Divertirte como niño, cuando dejaste de serlo hace muchos años...

Muchos de ustedes me conocen, y saben que no soy fiestero-fiestero-fiestero... Bueno, no tanto como pareciera... Sin embargo, ayer fui a una de las mejores fiestas de toda mi vida. De esas ocasiones en que, de entrada, tienes que entrarle al juego y dejarte pintar la cara (elegí ser Hulk, y al rato subiré la foto que confirma el dicho), y ya entrados en gastos, dejarte llevar por ese "niño interior", que le llaman, y fluir... Un rally de equipos, carreras de costales, box con guantes gigantes, llenar cubetas de agua de un tambo a otro y de regreso... intentar lo de la enorme liga que no te deja correr... Romper piñatas y aventarte sin más por los dulces como si en ello te fuera la vida y sentir que tus chicles, golosinas son un tesoro.. Sí, de repente todos nos dimos cuenta que estábamos en la sensación de ser niños, de olvidarnos del afuera y divertirnos a carcajadas, sanamente... Hoy despierto todo adolorido; hice, creo, el ejercicio que no había hecho en todo el año, y créanme, es devastador... A mis 47 años, te bendigo, vida... Gracias a los anfitriones, amigos, que me han dejado estar en ese barco liderado por Andreas Zanetti, Ruben Zepeda y Lalo Diaz... Puedo decirles, sin duda alguna: una de las mejores fiestas en las que he estado. Claro, hoy la sensación es de "no lo vuelvo a hacer", porque el dolor me hace pensar: así, justo así es como debe sentirse una piñata. Auch!