domingo, 25 de mayo de 2014

"Ahorita" y "Al ratito", la fina y sutil retórica de una adolescente

La delgada línea que divide el "ahorita" del "otro ratito"; ese discurso conservador y contundente de Ximena para hacer, en suma, lo que se le antoja su regalada ganita.
Y lo aplica con maestría, cabe decirse.
Al menos, yo, que soy de débil armadura en mis batallas contra ella, debo confesar que me rajo ante tales manifiestos de sabiduría y contundencia:
"Ximena, mi cielo; dijiste que querías ir al cine temprano para luego llevarte a tu casa a estudiar matemáticas".
-Ahorita...
"Pero luego me reclamas que te dejo muy tarde y no te da tiempo de hacer tus deberes escolares, mi cielo hermoso".
-Aaaaaay... al ratito!!
Y he aquí, que mejor reculo en el intento de hacer lo que en principio sugerido por ella misma estaba: ese plan malévolo que me hizo despertar temprano para prepararle el desayuno, alistar, comprar boletos, adelantar mis deberes, para que la reinita diga un simple y madreador "ahoriiiiiita!"
Bueno, no hagan ruido; tengo princesa en casa y sigue dormida.
Ya la despertaré "al ratito".
Y, ay!, de mi que no sepa yo descifrar bien qué diablos significa "al ratito", porque de pasarse el tiempo justo, seré el responsable de desatar la ira de una adolescente que reclamará, inclemente:
"Te dije que al ratito; para qué me dejaste dormir taaaaaaanto!? Ahora no tendré tiempo de hacer la tarea de mateeeee! Ash!!"
Y, bueno, al final del día asumiré algo: así las educamos, y así salen a la vida, cual salvajes fierecillas que nos culparán, padres, hermanos, maridos, hijos, amigos, DE TODO lo que les suceda.
Hasta aquí, mi reporte, Joaquín.