jueves, 23 de octubre de 2014

Cuando alguien quiere irse... es que ya se fue...

Cuando alguien quiere irse, ni pregunta. Toma sus maletas y emprende el viaje. 
A donde vayas, cuando quieras, te seguiré en pensamiento, en alma, en corazón. 
Respetaré tu decisión, aunque me duela, porque es de amor verdadero respetar los tiempos y las horas de quien quiere ser y estar, cuando se ha sido y se ha estado tanto tiempo... Una vida, quizá. 
Te amo así, de grande y cierto; te amo así, a gritos y en silencio. 
Y espero no despedirme, porque no podría ese dolor, otra vez.

Me gustas (Mis letras, para ti).

Me gusta una tarde soleada o lluviosa, y un café, un anís.
Me gustan tus ojos, y tu mirada, que enciende todo, incluso mis letras, mi texto.
Me gusta la lluvia.
Me gusta no pensar ni angustiarme por el mañana.
Me gusta olvidar el ayer, el pasado que no vuelve.
Me gustan tus besos, que saben a miel y a promesa.
Me gusta saberte y saberme tuyo.
Me gusta un cigarro, sin prisas, justo después de amarte.
Me gusta escribir. Me gustan mis letras, y el texto, contigo.
Me gusta un trago y tus canciones, las que cantas, las que encantas.
Me gusta amarte a la distancia, y ser tuyo, nomás porque sí.
Me gusta estar en ti, de la forma que sea, pero estar y ser, a cualquier hora.
Me gustan las horas que te pienso y, más, las que te tengo... y me tienes. Y somos. Nos pertenecemos.
Me gusta ser, lo que sea, y estar, donde sea.
Me gusta y amo escribirte, porque sé que me lees y me sabes tuyo, a través de estas letras.