De oído selectivo, que le llaman.
Sin querer (lo juro), escuché un fragmento en una conversación de Ximena:
"échale muchos huevos" y scratch!! Como disco rayado, de inmediato interrumpí tan animada charla telefónica para decirle:
"Criaturita, hijita mía, prin-ce-sa! No se oye bien que una niñita como tú tenga ese lenguaje soez, vulgar, procaz. Cuando podrías decir, sutilmente: échale ganas; hazlo con fuerza; ponle enjundia... no sé, hay tantas maneras de decirlo...", y en eso estaba, cuando ella me interrumpió con una carita que recordaré el resto de mi vida:
"Papá, le estoy dando una receta a Regina (su amiga, muy amiga)... nada, mi papá que quién sabe qué escuchó, amiga... Te decía, le pones muchos huevos, bates con la harina...".
Y justo así, me encuentro buscando la cara de vergüenza que se me cayó no sé dónde...
Ay!