sábado, 28 de septiembre de 2013

El "ahora" y el "ahorita" de Ximena: argucias verbales de una adolescente

"Ximena, ya báñate, para ver qué haremos esta tarde". -Ahorita. Hasta ahí, todo iba bien, pero entre la presión de la chamba, la chamba misma, el poco tiempo que tengo para disfrutar de su presencia en este fin de semana y la neurosis habitual de este ternurín que les escribe, algo provocó un sismo en mi interior que me llevó al cuestionamiento, a la reflexión y a indagar qué demonios quiere decir ella (y, al final, todos los que usan-usamos esa expresión de tintes kafkianos: ahorita) cuando, sutil y dulcemente responde con un "ahorita" a cualquier petición. Porque, de entrada, pensaría acaso que el "ahora" refiere a la inmediatez, al momento justo, al "ahora", al "en este preciso instante" y que, por consecuencia lógica, el "ahorita" tendría que ser algo similar, pero no, no es así. El "ahorita" es la manera más dulce, menos contestataria, cero confrontativa para decir, en una sola palabra: "lo haré cuando se me pegue mi rechingada gana, pero no en este instante". El "ahorita" es un sinónimo de procrastinar, de evadir, de evitar, de decirte "papá, te digo que sí, pero no te digo cuándo para que dejes de chingarme durante el tiempo que sea necesario para que yo me anime a hacer eso que no he querido hacer, pero que tú quieres que yo haga, al parecer, con cierta premura". El "ahorita" es una indefinición en sí misma, y ya llevo dos horas esperando que el "ahorita" de Ximena se cumpla. Vericuetos del lenguaje, del idioma; argucias verbales que lastran nuestro andar por la vida. Espero que, cuando Ximena me diga que le compre algo, pueda yo contestarle con un sutil "ahorita" para el cual, seguro, ella ya tendrá una nueva forma de darme la vuelta y decirme "ahorita es ahorita" y yo volveré a enloquecer con ese juego de palabras. Por que si el "ahorita" no es "ahora", el "ahorita es ahorita" es un "te chingas; me lo compras o armo pedo". Viva la familia!