miércoles, 19 de diciembre de 2012

Divertirte como niño, cuando dejaste de serlo hace muchos años...

Muchos de ustedes me conocen, y saben que no soy fiestero-fiestero-fiestero... Bueno, no tanto como pareciera... Sin embargo, ayer fui a una de las mejores fiestas de toda mi vida. De esas ocasiones en que, de entrada, tienes que entrarle al juego y dejarte pintar la cara (elegí ser Hulk, y al rato subiré la foto que confirma el dicho), y ya entrados en gastos, dejarte llevar por ese "niño interior", que le llaman, y fluir... Un rally de equipos, carreras de costales, box con guantes gigantes, llenar cubetas de agua de un tambo a otro y de regreso... intentar lo de la enorme liga que no te deja correr... Romper piñatas y aventarte sin más por los dulces como si en ello te fuera la vida y sentir que tus chicles, golosinas son un tesoro.. Sí, de repente todos nos dimos cuenta que estábamos en la sensación de ser niños, de olvidarnos del afuera y divertirnos a carcajadas, sanamente... Hoy despierto todo adolorido; hice, creo, el ejercicio que no había hecho en todo el año, y créanme, es devastador... A mis 47 años, te bendigo, vida... Gracias a los anfitriones, amigos, que me han dejado estar en ese barco liderado por Andreas Zanetti, Ruben Zepeda y Lalo Diaz... Puedo decirles, sin duda alguna: una de las mejores fiestas en las que he estado. Claro, hoy la sensación es de "no lo vuelvo a hacer", porque el dolor me hace pensar: así, justo así es como debe sentirse una piñata. Auch!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

A Imagen y Semejanza

Lo dije, lo he dicho y lo diré: cuando las santas escrituras hablaban de que Dios hizo al hombre a imagen y semejanza, quisieron decirnos que somos dioses, y cuando dijeron que debemos amar a Dios por sobre todas las cosas, quisieron decirnos que debemos amarnos a nostros mismos por sobre todas las cosas. Bueno, en eso ando. De nada.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Confirmado: Ximena tiene espíritu #Soy132

A sus 15 años, convencido estoy que del padre heredó la convicción de que algo debe cambiar en este mundo; que la desigualdad nos matará, que el marxismo, en teoría, es la opción que me convence, bla, bla, bla... Sí, Ximena definitivo encontró su camino en la revolución de ideas, de cosas, y sin decirlo, se ha asumido como una verdadera y real #Soy132... porque cada fin de semana que viene me deja la casa hecha un verdadero desmadre!! Si vieran la sala y su recámara, en apenas un día de estancia... no puedo llamarla vándalo, porque tampoco, pero cual manifestante juvenil, como célula aislada de una horda de destructores anónimos, ha dejado esta casa como... como... Zapatos, ropa, comida, rayones de muebles al arrastrar sus cosas... tv encendida... aparatos desconectados para que ella, libremente, pueda instalar sus cargadores de celular y computadora... mi ropa desordenada ya que, cabe aclarar, nunca trae su pijama y busca entre mis cosas algo que pueda protegerse del frío noctrurno... Bueno, mejor me pongo a limpiar, mientras ella sigue dormida, como si nada hubiera ocurrido. Tengan todos excelente día. El mío, al lado de esta princesa, será espectacular!

martes, 4 de diciembre de 2012

Pasar de BlackBerry al Iphone, una historia real

Yo sé que a ustedes les vale madres, pero para mi ha sido un asunto de trascendental importancia: acabo de mudarme a Iphone, y así, sin previo aviso, a todos mis contactos del BB chat, los abandoné para irme al whatssap pero, bueno, esas son nimiedades.. El verdadero asunto es que, cansado de tanta descompostura de la BlackBerry, decidí emigrar a una nueva tecnología que, debo decirlo, odio, alucino desde que compré mi Ipad (que nunca uso).. Bueno, tengo apenas 2 horas con mi Iphone, y luego de intentar e intentar llamadas telefónicas, ponía el altavoz porque no escuchaba ni madres.. Claro, hay que quitarle los plásticos esos que les ponen para que no se rayen las carátulas! Luego, tercer intento de llamar, bloqueado, por cachetón... Debieran decirte, cuando compras un Ihone: no, señor, no mame, ud no puede usar esto con esos cachetotes, porque estás hablando, y apenas te mueves, la llamada se cuelga y, bueno, lo peor, lo peor, lo peor, lo verdaderamente peor, es que de esas cinco desafortunadas llamadas ya tengo una enorme colección de fotos de mi oído interno: yunque, martillo y otros bichitos que se vislumbran si agrandas la foto... Bueno, negado yo para la tecnología, lo más temible del asunto es que me dijeron que para desbloqueralo, debo apretar el asterisco y aquí estoy, haciendo carita de león y nomás no se desbloquea esta chingadera.... Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Noviembre, cuando comencé a recuperarme de las drogas...

Hace 12 años, más o menos, conocí a Leonardo Stemberg, un experto en conducta humana al que, curiosamente, le debo la vida. No, no es que él me haya engendrado, no. Pero fue él quien, a través de su técnica de entrenamiento mental, me hizo recuperar mi capacidad de ser feliz sin depender de la droga con la cual, según yo, era feliz. Les cuento. Encerrado en un mundito del que no podía ver más allá de mi nariz, en un mundito en el que, según yo, era un triunfador (puesto ejecutivo en Televisa, director de una sección de espectáculos en un diario importante), sin darme cuenta y casi sin querer (queriendo, en realidad) me metí al consumo de cocaína, pensando, creyendo, que era algo que no me hacía tanto daño, como se decía. Durante 13 años fui adicto in crescendo a una sustancia, y como todo en esta vida tiene inicios y finales, el mío fue estrepitoso, voraz, y al final de ese ciclo me vi encerrado en cuatro paredes, consumiendo droga, sin trabajo fijo, sin dinero, sin posibilidad de nada más que de embrutecerme a lo loco, en solitario, durante dos-tres días, hasta que me recuperaba y salía, siempre, a buscar la sustancia. Sin querer, sin saber, llegué a trabajar con Stemberg; yo, como su jefe de prensa, debía encargarme de difundir su actividad, pero estaba yo más entusiasmado con recibir una paga que en saber a qué se dedicaba en realidad. Así, al 3er mes de estar y no estar, de ir y venir, de ausentarme dos tres días por semana, un buen día Leonardo me mandó llamar a su oficina para correrme. Pero antes de hacerlo, me preguntó por qué no había yo entrado a su curso de Contranalisis. “Porque no creo en ese curso”, le dije, retador que suelo ser. –Te das cuenta que estás contestando como un chiquito de 4 años que dice que no le gusta tal comida, sin haberla probado?-, me dijo. Y yo, en mi estupidez, insistí: “pues no creo”. –Ve a la gerencia, que te den un cheque de… cuánto te pago? Ah, pues que te den un cheque de 5 veces eso que ganas… pero no es el dinero tu problema”, me dijo y pegó donde tenía que pegar para que doliera. Venía yo de haberme botado un dineral en 6 meses, y efectivamente, había entendido que no era el dinero el problema, sino otro: yo. Con todo y que me corrió de su oficina, no fui a la gerencia y sí encaminé mis pasos al auditorio donde se daban los cursos de Contranalisis. Entré, y pensé: “con esto me voy a curar?”, porque pensaba yo que ser drogadicto era una enfermedad. Y, no haré el cuento largo, que tantas veces he contado ya esta historia, al cabo de unos meses, comencé a salir de la drogadicción tan fuerte que tenía. Recaí, no una, 27 veces, y cada vez me sirvió para darme cuenta que estaba en mi y en nadie más rescatarme, y así lo hice, no con fuerza de voluntad, sino apegándome a la técnica que enseñaban en los cursos. Han pasado ya casi 13 años, o doce, como quiera verse, y debo decir que sí, que Stemberg tuvo qué ver en esta resurrección, en este Ave Fénix en el que me he convertido porque, júrenlo, siempre resurjo de mis cenizas, más fuerte, más capaz, más grande. Y hay una razón para que yo me cuente y les comparta esta historia, y no es el drama o la conmiseración que pueda provocarles; no. Es que he aprendido a repetirme mis errores para no volver a cometerlos. Porque, debo confesar, mi egocentrismo no es igual al de ustedes; el mío reconoce y se asume, para no caer de nuevo en mis propias trampas. Y he dejado de culpar a nadie de mis tropiezos; son tan míos, que los asumo y los supero. Me equivoco, sí, pero no repito errores y eso, señores, me hace diferente. Ni más ni menos que nadie; simplemente diferente. Tan, tan.

Hacer o no comida de fin de año en oficina.

Cada diciembre es igual de tormentoso para mi. Agobiado de tanta metralla publicitaria, el Grinch que habita en mi termina por creer convencerse de que el espíritu navideño existe y que es lindo eso de dar y compartir... Pero el verdadero dilema, lo que fustiga y azota a este humilde reportero no es eso, sino que, al ser jefe y empleado únicos en esta oficina, me surge la duda de hacer o no comida de fin de año? Hacer o no intercambio de regalos? Juego al amigo sorpresa? Y si preparo demasiados romeritos y no llego a la comida? Y si no me gusta lo que yo mismo me regalo en el intercambio? Y si ya pedo me cuento chismes de la oficina que ni enterado estaba? No se crean, en lunes como éstos, estas dudas me laceran y hacen que mi estabilidad emocional ande por la cuerda floja. Ay!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Un domingo con mi mejor amiga: Ximena.

Fuimos a comer, y luego a ver Amanecer 2... Debo admitir que, honestamente, no comparto el gusto por la literatura ni el cine ni toda la música que consume mi adorada hija Ximena, pero verla tan emocionada, tan entusiasta contarme una y otra vez la historia los vampiros poderosos (todos tienen súper poderes, efectivamente), no puedo menos que agradecerle a Dios que camina, que gaste suela, que vaya y pruebe hasta que encuentre lo que en la vida le apasione y pueda, gozosamente, dedicarse a ello el resto de su existencia... Pues fue tarde de comida italiana, de palomitas, de refrescos, besos y abrazos, y de decirnos y sabernos como los mejores amigos que puede haber. Y, no, no dejo de ser su padre ni ella, mi hija, pero somos cuates, amigos, nos contamos todo y todo sin reservas, porque no hay temor al regaño, al consejo no pedido, que tanto nos re caga a los dos... Ah, qué bien me hace ver a Ximena, una niña clonada en bonito de mi. Y, de la peli, pues palomera, pero divertida, excepto esos dos momentos en que ronqué, aplastado en el sillón VIP, puedo decir que la volvería a ver si ella me lo pidiera.

martes, 30 de octubre de 2012

Nadie sabe para quién vende, y mucho menos a quién compra…

Una mañana abrió los ojos, enormes, como lo son, y se dio cuenta que el cuento se había acabado; que el sueño no había siquiera existido, y sintió, una vez más, esas ganas de escapar que la habían hecho tomar la decisión primigenia de su desventura. Y tras los ojos, abrió ventanas, y tras las ventanas, que dejaron escapar el fantasma de un recuerdo irreal, abrió la puerta y salió a caminar, con nuevos sueños, con nuevas esperanzas, y una sortija de oro blanco, con diamante, en el que en algún momento había depositado una ilusión. Fue a una, a dos, a tres… Recorrió cuantas casas de empeño pudo, empeñosa, ella, empañada la historia y el mismo anillo, como quien quiere vender una lámpara de Aladino, para liberarse del genio que ni siquiera cumplió un deseo: el compromiso de ser feliz. Formal que es, fue de tienda en tienda preguntando, investigando, cuánto pagarían por su libertad, esa que a veces sujetamos a las cosas materiales, esa que conferimos a un recuerdo, a una palabra. Una, dos, tres... cientos de toc-toc, y cientos de negativas porque, una cosa era que quisiera sacarle ventaja a la venta de la sortija, y otra era que quisieran verle la cara porque, cabe decir, cuando abrió sus enormes y hermosos ojos, se dio cuenta que además del sueño roto, había una luz y una esperanza de recuperar algo, acaso, de ese compromiso consigo misma. Caminó, caminó, caminó. Ella dice que no fue tanto, pero en verdad sabía que llevaba cuatro años de recorrer tiendas y de tocar puertas, hasta que por fin encontró una, la mejor, a su parecer, sin saber que fue en ese momento en que estuvo lista para soltar la última de sus amarras. Un mal encarado empleado, de esos que suelen hacer todo igual, sin ánimo, sin mediar emoción alguna a su trabajo, la atendió. Miró con cuidado, sacó de su escritorio una lupa de joyero y observó y observó la pieza hasta que hizo su mejor oferta: 4 mil. No más. Y como ella ya había vaciado su bolsa de “peros” (de esos que usa uno para arraigarse a ciertos recuerdos: “pero, sí…”, “es que, pero…”), aceptó los 4 mil sin chistar porque, además, era la mejor oferta que había recibido por recuperar su libertad. El tipo, sin mediar más palabra, sacó de su mugriento pantalón un fajo de billetes, y sin hacer nota, factura o nada comprometedor, pagó en cash, uno a uno, los billetes que ella tomó, sonriente, y una vez más abrió otra puerta: la de la tienda y su libertad. Cuentan que algo extraordinario pasó después, a los pocos días, de hecho. Extraordinario y raro, si bien hay que aclarar: Ella, con sus enormes ojos color, que abrió más que nunca, vio que un amigo suyo, cercano, había comprado el mismo anillo que ella había malbaratado, y que ese amigo lo entregaba en una cursi, horrenda y fatídica tarde, a una de sus mejores amigas. El mismo; la misma bolsa, el mismo y extraño anillo. Así es el mundo, tan pequeño, tan redondo, a veces. De lo que ocurrirá con aquellos nuevos poseedores, nadie sabe, aunque ella reza, en silencio, para que a ellos les funcione el compromiso. Y quienes la conocen cuentan que se le escucha murmurar "nadie sabe para quién vende, y mucho menos, quién comprará".

jueves, 25 de octubre de 2012

El amor, un acto de magia

Cada vez que sonaba el teléfono, sentía eso en el estómago; la veía y, bueno, su mundo giraba de cabeza; esas mariposas lo traían vuelto loco hasta que un día se animó y quiso gritarle al mundo el inmenso aor que sentía. Un día buscó la ocasión ideal: en un estadio, durante un evento masivo, se animó, y cuando abrió la boca y emitió sonido, un sinfin de mariposas salieron de su cuerpo, y el efecto duró, al menos, 20 minutos, y las mariposas no cesaban de salir de su cuerpo, mientras todos aplaudía el mejor acto de magia que jamás habían visto. Fin.

jueves, 11 de octubre de 2012

He bajado 8 kilos en mes y medio. Mi dieta ¿milagrosa?

Desde adolescente tuve que enfrentar problemas de sobrepeso. Siempre he sido muy tragón. Qué le puedo hacer, si me encanta la comida. De niño, pues hacía ejercicio, corría, saltaba, y me mantenía en buena forma, y al llegar la adolescencia, justo a los 15 años, ingresé a la Preparatoria Agrícola de Chapingo y ahí fue el desbarajuste alimenticio: en un año subí 20 kilos. Y es que esa escuela era para chavos que se levantaban a ordeñar vacas, a cortar leña, a sembrar grandes terrenos… y la comida correspondía, pues, al ejercicio: desayuno, comida y cena incluían guisados, sopas, arroz, frijoles, pan, tortillas… 3 veces al día! Así, en mi adolescencia comencé a tragar como si el mundo fuera a terminarse, y en dos años, ya estaba yo con 36 kilos de más. Un buen día hice lo que todo gordo debe hacer: cerrar la boca al pan (ya para entonces me zampaba 3 paquetes de pan Bimbo al día, con 6 comidas completas), al refresco, y comencé a hacer ejercicio. A los 17 años, bajé esos 36 kilos en casi 8 meses, y logré llegar a 10 kilómetros diarios de ejercicio, lo que me permitía seguir comiendo en abundancia, pero sin subir de peso. Desde entonces y durante los siguientes 11 años, corrí, corrí cual Forrest Gump TODOS LOS SANTOS DÍAS, TODOS! 10 kilómetros diarios! Así me mantuve hasta los 26 años, cuando por una operación en el ojo tuve que detener el ejercicio casi un año y cuando quise regresar, oh, MY God, ya me daba mucha flojera y no lo hice. Y como mi metabolismo estaba acelerado, supongo, tardé 3 años en subir de peso, y fue paulatino, y la gente te dice: no te ves gordo, y uno, vaquetón, pues se confía y yo, en mi caso, seguí tragando. Hace poco cumplí 47 años, y luego de un bajón de 20 kilos en el período 2009 al 2010, me casé y me confié y volví a tragar… de esos 20 kilos, recuperé 8, que son justos los que acabo de bajar. No estoy en mi peso ideal, la verdad, pero bajar esos 8 kilos era el problema. Ahora, ya en confianza, voy por 6 más, y espero estar en un peso de 75 kilos, aprox, que creo que va con mi edad, estatura y complexión. Y, si vieran qué fácil fue bajar esos 8 kilos, no me lo creerían: Tragón que soy, taquero que suelo ser, mis idas a los tacos no eran de 5, sino de 15 de suadero, o 189 de lengua, así de simple. Qué hice? Bajé mi ingesta a la mitad. Si me comía 15 tacos, le bajé a 8/7, y así con todo. Toda la comida fue reducida a la mitad, y en una semana pude ver los cambios drásticos en la ropa, en el malestar de sentirme hinchado, abotagado. De ahí me dije: quiero desintoxicarme de carne roja. Y que le meto a la verdura, al pollo cocido, sin dejar los tacos. Y ahí les va, pues, la dieta: 1ª semana: reducir todo lo que comes, a la mitad; no dejes nada de lo que te gusta; con el simple hecho de tragarte la mitad de los pastelitos que te gustan, créeme, bajarás. Pero hazlo. Mitad. Mitad. Si te tragas una piazza entera; cómete la mitad; si te tragas un pastel completo, éntrale a la mitad. En una semana, lo juro, ves cambios. 2ª semana: Desayuno: dos tazas de café con leche light, endulzados con Splenda y 7 (siete, no setenta) galletas María Comida: champiñones guisados con Pam; Huitlaciohe guisado con Pam; brócoli guisada con cebolla, chile verde y queso panela (meter al horno; queda deliciosa) 5 tacos atascados del guisado de verduras. 5 tacotes de pura verdura. Cena: 2 tacos de lo mismo, y una taza de café con leche. 3ª semana Mismo desayuno Comida: sopa de apio, sopa de verdura abundante, atascarte de sopa hasta reventar. Media pechuga de pollo cocido, sin piel, desmanuzarla en la sopa, o comerla así, o guisada en cebolla y jitomate con Pam, y hacerte 3 tacos. TRES. Cena: sopa de verdura, sopa de apio, nopales asados con queso panela. 4ª semana Mismo desayuno Comida: champiñones o brócoli o sopa de verdura, y atún guisado con cebolla y jitomate, 4 tacos enormes, inmensos. Cena: sopa de verdura ABUNDANTE. 5ª semana Mismo desayuno Misma comida Misma cena Eventualmente, no se crean, me he ido a los tacos de suadero, de carnitas, he ido a restaurantes y he comido lo que he querido, pero, oh, sorpresa, ya no me acabo todo; mi estómago se ha reducido y ya no me caben las mismas cantidades de comida. Así llevo 6 semanas, y he bajado 8 kilos. No he sacrificado nada, nada en absoluto. Sólo le busqué el sabor y disfracé la verdura y no he dejado mis adorados tacos, y eventualmente me doy un pecadillo alimenticio. Pero lo que me significa ponerme ropa que no me quedaba, sentirme ligero, créanme, tiene un alto impacto en la autoestima, en las ganas de seguir haciendo cosas por mi salud y mi amor propio. Voy por más, y ya comencé a hacer ejercicio, otra vez, y ésta, espero no boicotearme. He vuelto a encontrar el punto de saciedad en el que yo identifico plenamente que ya estoy satisfecho, que lo demás es gula, y me detengo. Claro que aún quiero tragarme los 15 tacos, pero me contengo y pienso: me hago pendejo o de verdad quiero bajar de peso? Y eso, créanme, me ha ayudado a mantenerme en el intento de sentirme bien, de verme bien. OJO: Esta dieta no ha sido supervisada por ningún médico ni nutriólogo especialista. Si quieres seguirla, consulta a un especialista. Yo creo que está balanceada, pero no soy experto en estas lides.

domingo, 7 de octubre de 2012

Volver a sentir mariposas en la panza

Desperté a su lado; apenas ella había abierto los ojos cuando yo, embelesado, la contemplaba de piez a cabeza, desnuda, toda blanca de piel, toda azul en emociones, y con un brillo especial en la mirada que me hizo pensar, dudar, creer, que me había vuelto a enamorar tras aquella noche de pasiones y de besos, de tintos y tinturas, de pan, queso, amor, pasión y deseo infinito... SE LOS JURO!! De inmediato sentí algo que NUNCA antes había sentido en toda mi entera vida: eso que llaman mariposas en la panza... ya saben? Ruiditos, sensaciones de bichitos en la cavidad abdominal, y me dije: HEY, SEÑORES, ME HE VUELTO A ENAMORAR!!!!!! Pero todo se desvaneció en tres segundos; las pinches mariposas me hicieron correr al baño, dede muy temprano, y casi no he salido de ahí; las mariposas no eran tales, sino un maldito queso que comí enmohecido y que me hizo estragos en la panza. Ella? Ella se fue, sin decir adiós, aventándome un frasco de Pepto Bismol como despedida, como un final rosa para mi domingo 7 de octubre.

viernes, 5 de octubre de 2012

Conocí de cerca a Kim Kardashian...

LA VI DE CERCA, A MEDIO METRO; PASÓ escoltada por 15 guaruras, pero pude verla!! KIM KARDASHIAN, señores, es un sueño sacado del libro vaquero: chaparrita, muuuuy chaparrita; bonita de cara, y bueníiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima!!! Sí, ese inmenso trasero que adivina ustedes, caballeros, y que ellas dicen "está gorda", es un monumento. Divina, famosa y millonaria. Muy mona, pude amarla cuando dijo "ai lo v mécsicouuuuu!", mientras partía el pastel de los 40 años de Cosmopolitan. Felicidades Ana Victoria Taché, y a todo su equipo. Me dio enorme gusto saludar a muchos amigos, como Adriana Garay, José Zepeda Fuentes, Mary Gomez Poncet Lopez, Marta Gonzalez Liriano, Juan Carlos García y muchos otros que FB no me permite etiquetar. GRAN NOCHE; créanme, como hace mucho no tenía una.

lunes, 1 de octubre de 2012

Quise probar el cybersex, y....

Pues les cuento: tanto me habían hablado del cybersex, que era la onda, que muy divertido, que más seguro que usar condón, que las hilachas y tanto me recomendaron que, animado que soy a probar nuevas formas de diversión, ahí me tienen: agendé mi cita con una chava de provincia (a la cual no conozco y, creo, después de esto no conoceré) y que comenzamos, verdad. Primero fueron sólo palabras, a dec irnos cosas emocionantes, luego ella se fue quitando la ropa y yo, pues hice lo propio, bien deshinibido, que me descoso en improperios y barbaridades, y aquello fue subiendo de tono hasta que, a dos de encuerarme por completo... llegó un policía y me sacó a patadas del Starbucks. Y no, pues eso del cybersex no me resultó nada, nadita divertido, y eso de tener público, menos.

viernes, 14 de septiembre de 2012

No te parto tu madre... sólo porque es quincena...

Nominado al Óscar por mi actuación en "Nomás no te parto tu madre porque es quincena y estoy de buenas", filmada en escenarios naturales de mi vida... Explico la trama, para que contextualicen: cada 15 días me toca ver a mi hija (de por sí, se ha vuelto un pedo que la escuincla quiera venir, porque ya tiene actividades prioritarias en su agenda social que, entiendo y ni siquiera discuto; la vida es así y me alegra que ella tenga tantos amigos), y que su mamá, porque los tiene bien azules (los ojos, no piensen que los.. esos, tan caros que están) me diga que mañana "no me la presta" porque ya tenían agendada una cena, hizo que mi estómago generara cantidades industriales de bilis... "energumenez" que se aplacó cuando supe que hoy me depositaban mi quincena... ah, qué lindo es el dinero, que controla mi furia... Lo malo es que cuando se me acabe, me volveré a enojar…

domingo, 2 de septiembre de 2012

Juro que es real... A qué saben mis bolas?

Pareciera que estas situaciones me persiguen o, de plano, yo puedo reirme de cualquier tontería que me ocurra... Juro que esto que leerán es real, sucedió hace unas horas... Luego de comer con Ximena, muy cerca de la casa, regresamos y la nena me dijo: "Papá, me invitas un helado?", y en esa idea romántica del papá, la hija, el helado, pues accedí de inmediato y yo, como estoy a dieta, me abstuve... Fuimos a una heladería Santa Clara (para mi muy insensible gusto por los postres, éstos son los mejores helados que conozco), y una vez que transcurrieron casi 10 minutos, me desesperé, pues la nena no se decidía por ningún postre... Como soy bien desesperadito (a algunos de ustedes les consta), me fui directo a la caja, no sin antes preguntarle a la adolescente: "¿De cuántas pelotas será tu helado? ¿Cono o vaso?", y he aquí que algunos de ustedes saben que, por alguna extraña razón aprendida de mi papá, al contenido de un helado le llamo pelota, así, pelota... Ximena respondió que dos pelotas de helado en vaso... Me fui a la caja, e intenté pagar: "¿Me cobra un helado de dos pelotas en vaso?", le dije, y la pobre cajera, sin saber que se topaba conmigo, me dijo, sin pensarlo, sin razonarlo, sin malicia alguna: "¿DE QUE SABOR SON SUS BOLAS?"... Aaaaaaaaaaaaaaaaaay!!! Mi carcajada aún retumba en la colonia Del Valle... Y ya ni digo todas las pendejadas que se me vinieron a la mente tras esa pregunta... Soy un naco, lo sé... Sorry... Mis bolas... sabor... oh, no... Yo, qué diablos iba a saber que en Santa Clara te cobran, dependiendo el sabor del helado!!

Cine 4X, emoción trepidante que contracturó mi espalda

Ayer sábado fuimos al cine Ximena y yo. La película: Abraham Lincoln, cazador de vampiros (yo, de entrada, pensando en que podrían hacer una versión mexica: Juárez, cazador de Pejezombies), y Ximenita, que no se tienta el corazón para hacerme padecer y sufrir los embates de sus ganas de divertirse sanamente, me dijo: sala 4X (casi me infarto, pensé que era algo más que el habitual porno XXX, pero no, no fue así). De entrada, el madrazo al bolsillo te sacude, te deja helado y le dije: "pues esto debe ser parte ya de la diversión y la dicha inicua de perder el tiempo (y el dinero)", frase que a ella le vino valiendo exactamente madres por desconocer al famoso soneto de don Renato... Entramos a la sala, luego de comprar un hotdog de medio metro (sin albur), unas palomas de maíz que Ximenita inundó en medio litro de Salsa Valentina y nuestras respectivas bebidas... Lejano me encontraba de saber lo que me esperaba: acción trepidante, madrazos en la espalda, soplidos en las orejas, agua en la cara, unas sacudidas de miedo -sin albur, aclaro- y un pinche frío!!! De entrada, te advierten que mujeres embarazadas, niños menores de 5 años, gente con problemas cardíacos (y no aseguran si problemas físicos, o emocionales, porque a veces duele el corazoncito, no?); pues debieran advertir, personas cercanas al tostón, favor de abstenerse, so pena de salir con la espalda contracturada, con un resfriado que no cesa... Eso sí, las risas de esta muchachita valieron la pena chutarse este churro gringo que aún nos tiene comentando nuestra salida al cine. Adorable, mi pequeña hija.... Si no han tenido chance de ir a estas salas 4X, pueden simular una en la comodidad de sus casas: instalen ventiladores a los lados y de frente; un atomizador con agua y siéntense encima de un bioshaker; turn on, y a gozar!!

miércoles, 25 de julio de 2012

Encontrarnos, 30 años después...

El fin de semana, Julieta Badillo y yo fuimos a comer a un restaurante; muy a gusto, todo, cuando de repente buscaba yo, con la mano, hacer que uno de los meseros me atendiera y, como suele ocurrir en todos los restaurantes, los pinches meseros y los pinches no atendieron mi urgente llamado a todas manos. En eso estaba yo, ondeando mis manitas como si fuera concursante de Miss Universo (ya saben, el clásico "corto-corto, laaaargo y así"), cuando una mujer me miró, me saludó y yo, muerto de pena, pensé "no chingues, esta señora cree que la estoy saludando, gooooei; qué pena!", Y ella, sin dudar, se acercó a la mesa, mientras yo, como si hubiera tragado hongos de Alicia en el país de las Maravillas, me hacía chiquitititititito en mi silla... Cuando se acercó, pensé, "debe estar igual de cegatona que yo y me confundió" pero, no, no fue así. Grata sorpresa, casi al borde del llanto y de la risa, cuando vi que esa señora era, nada más y nada menos, que mi prima Marcela Espinosa, con su hija y su esposo. Raro evento, si piensan que, por lo menos, tendríamos mínimo 15 años de no vernos, aunque yo tranquilamente le calculo unos 35 años de no convivir. Abrazos, besos y, en mí, una emoción contenida de encontrarme a mis raíces. Y, ahora sí, prima, hay que vernos!

miércoles, 4 de julio de 2012

Dioses en similares: lo mismo, pero más barato?

Dios creo al hombre a imagen y a semejanza; ergo, somos Dioses parecidos a Dios. O, quizá, sólo somos una versión Simi: lo mismo, pero más barato. No, no debe ser. Creo que fuimos hechos a imagen y semejanza, y que en algunos textos, el asunto de Dios y del hombre es tan interesante que, yo concluyo: si somos a imagen y a semejanza, somos dioses, y si hay que amar a Dios por sobre todas las cosas, quizá deba significar que debemos amarnos a nosotros mismos, incluso más que a otra cosa o persona. Y no en el amor egoista, sino en el amor de procurarnos, de querernos, de respetarnos. Porque, una vez logrado ese cometido, podemos amar a los demás, a compartirnos, a entregarnos. Eso me gusta. También me gusta el "Hágase Tu voluntad, y no, la mía". Luego les cuento que entiendo de esto... Me sigo trabajando; sólo fue un receso en esta tarde de buenos aires.

martes, 3 de julio de 2012

Twitter y Facebook como válvulas de escape.

Me encanta que nos manifestemos de la manera que podamos. En Facebook o en Twitter, en cualquier red social, blog o cualquier otra forma de comunicación VIRTUAL. Eso lo entiendo, lo aplaudo, lo hago tmabién. Pero, neta, y espero que nadie se ofenda (finalmente, ustedes son libres de escribir lo que quieram, igual que yo, en este espacio), creen que a "fesibucazos" o a "tuitchingadazos" vamos a lograr el cambio? No sé, pienso en otros tiempos (y no lejanos, eh? Recuerden caso Argentina; caso chileno, por citar algunos), y encuentro que cuando el pueblo está a disgusto, sale a la calle a tomar lo que le pertenece, lo que de suyo le han arrebatado. A chingadazos, pues. Impugnar, desade la comodidad de la casa, neta, no tiene gran valía ni provoca el cambio. Tan así, que miren los resultados electorales. Pareciera que nadie está de acuerdo; pareciera que así se quedará porque, créanme, a "tuiterazos" y a "fesibucazos" difícilmente provocaremos el cambio. O, qué? Esperamos a que aparezca un líder que venga a decirnos qué hacer? El líder está ahí, según veo, leo y entiendo, pero no veo a esos miles que leo en estas redes, apoyando, provocando, peleando con su líder... Quizá se nos ha hecho fácil escribir y pensar que con eso provocamos el cambio. Espero, insisto, en no ofender a nadie; no es la intención. Quizá estas redes sociales se hayan convertido en válvulas de escape, y provocan que miles, millones, están escribe y escribe su inconformidad, pero nadie de esos saldrá a la calle a tomar lo que le pertenece: este país, que no se gobierna solo. Igual que tú, también me manifiesto, y así como no me ves escribiendo insultos en tu Muro, espero no lo hagas en el mío si es que acaso desapruebas mi comentario. Finalmente, somos amigos antes de estas votaciones, cierto? Lindo día para todos.

Papás: no lo intenten en casa sin la supervisión de un menor.

Lecciones de medianoche (ADVERTENCIA: papás, no intenten hacer esto en casa sin la supervisión de un menor de edad). Salimos del cine Ximena y yo, casi a la medianoche y, oh, sorpresa: una pertinaz lluvia nos detuvo de sopetón al salir del WTC, y antes de que alguno de los dos cantara un consabido "te lo dijeeeeeeee! (que nos trajéramos el paraguas, ese nuevecito que nunca usaremos)", antes de que comenzara a implorarle a Tláloc que detuviera su única actividad, un milagro se hizo presente: a 10 metros, un taxista detenía su paso y nos abría la puerta, como invitando a subirnos, y al ver que era matriculado del sitio del edificio señalado, procedimos a intercambiar miradas mi hija y yo, y al grito de "córrele, que nos mojamos!"... Y de esas cosas que parecen película, la percepción del tiempo y espacio se transformó y todo se hizo en cámara lenta.... Zancadas de Ximena que me dejaban atrás de la carrera, y en ese afán que tenemos tooooodoooos los papás de demostrarle a los vástagos que seguimos siendo esos héroes que ellos veían en nostros cuando niños, dejé que Ximena se subiera de inmediato al taxi, y procedí veloz a intentar una proeza que, lo juro, no volveré a cometer: subí tan de fregadazo al taxi que lo último que recuerdo, antes de ver esa luz cegadora, fue el sonido de mi cabezota, pegando contra el marco de la puerta, la cara de Ximena como diciendo "no mames, este pendejo qué chingadazo acaba de meterse", mientras el taxista, espantado, volteaba y miraba cómo mi cabeza rebotaba y yo, en un acto de magia milagrosa, no caía fuera del taxi. Acto seguido, la cámara lenta se transformó en una velocidad normal, en la que pude soltar un "¡PUTA MADRE, QUÉ MEGA CHINGADAZO ME METÍ!" (de esas pendejadas que uno dice sin pensar, porque aquellos dos ya estaban más que enterados de lo que, en mi pendejez, reiteraba como para disculparme). Sobaba yo el fregadazo cuando Ximena soltó la carcajada, esa que aún me hace reír, también. Lección aprendida: no tengo la agilidad de hace 25 años. No tengo qué demostrarle a mi hija que puedo ser veloz. Soy y seré su héroe sin tener que intentar estas proezas, así que la próxima vez dejaré que la lluvia empape mis ropas, y llegaré a casa a darme un baño de agua caliente.

domingo, 1 de julio de 2012

Yo voté por Peña Nieto

Sr. Enrique Peña Nieto. Yo voté por usted. Espero, de verdad, confío en que la celebración de esta noche no sea la fiesta de un mercenario que ganarà y hará ganar dinero y poder a los de su partido, a sus cuates, a quienes lo apoyaron para llegar a la silla presidencial que, a la diatancia, se observa màs como un botín que como un medio para hacer algo por este país, tan dominado por el narco y la injusticia. Espero, de verdad, que la fiesta sea provocada por un sano deseo de ayudar a que este país obtenga, logre, la grandeza que se merece, que nos merecemos todos. Que haya riqueza, pero que ésta sea repartida en todos los que sí trabajamos, en todos los que sí hacemos algo por nuestro país. Que el hambre sea de crecimiento, no hambre real del que nada tiene y tiene nada para lograr llevar alimento a su hogar. No espero, dicho sea de paso, que nos regale nada; no espero al mesías, al salvador que alimente a los miles que sólo esperan que alguien les dè sin merecer. Tampoco es eso. Mi ùnico anhelo es que ud, como pròximo gobernante, sea un director de orquesta que haga sonar a este país como una gran obra y que equilibre los poderes y que afine a los solistas, para que el conunto suene espectacular. Y ante su batuta, tocaremos todos. Yo, al menos. Y si no fuera de esta forma, y si no cumpliere sus promesas y si, como tantos y tantos que nos han gobernado, Ud hiciera uso y abuso de su poder para aliemntar el ego y llenar las propias arcas, créame, Sr. Peña Nieto, harè todo lo que estè en mis manos para derrocarlo de esa silla. Hàgase merecedor del poder que se le está confiriendo. O, de lo contrario, al menos yo haré todo o que esté en mi alcance para manifestar mi inconformidad. Somos, según los resultados, muchos que estamos confiando en usted; no nos defraude. Gracias.

jueves, 28 de junio de 2012

Para quien resulte electo este domingo...

Gritos, rituales y canciones de la victoria: Si gana Peña Nieto, lo veo bailando en el Zócalo al son de "la mano izquierda va adelante y la derecha para atrás". Si gana Amlo, lo veo entonando aquel consabido himno del p(end)ejismo: chu chu wa wa waaaaa, chu chu wa wa waaaaa. Si ganara Cuchi Mota, no puedo evitar imaginarla en plena plancha, bailecito grupal de "pajaritos a bailar, cuando acabas de nacer, tu huevito has de romper, pi pip pi pi". Y si fuera mi cuate el Quadratín el mero ganón de tan memorable contienda electoral, hasta yo lo acompañaría en los coros de aquella obra inmortal: "mesa, mesa, mesa que más aplauda le mando, le mano, le mando a la niña!" Que gane el menos peor, deseo fervientemente, y el que sea, en el momento en que falle o incumpla, que entre todos nos levantemos en armas y lo agarremos a putazos. De nada.

Votar sobrio, para qué?

Casi se acerca el domingo. Y las dudas surgen, al tenor de un café cargado: si siempre hemos votado en "ley seca", y así nos ha ido, ¿no podriamos votar libremente borrachos? Quizá al calor de unos tlapehues, en una de esas nos resulta. Otra sugerencia: ¿podremos votar por el copete de uno, el gallito del otro, el cuchicuchi de aquella y lo hipster de aquel? Una revoltura de los 4 fantásticos podría resultarnos, también. Curiosa democracia: votaremos por quieénes eligieron los partidos, no el pueblo. Partidocracia, digo yo. Las diferencias abismales en las encuestas, truqueadas o no, nos hablan de que nadie, pero nadie votará en pleno convencimiento de las virtudes de aquel por el que han decidido; lo peor y triste es que votaremos "por el menos peor", a la vista y juicio de cada quien. Y si dejamos de mantener partidos, negando el voto a Quadratín o al que sea, ¿ese dinero a manos de quién irá a parar?Si no es a un partido, será al bolsillo de otros. México, el gran negocio de unos cuantos... Mejor me tomo mi café y me pongo a trabajar que, nomás de pensar en esto, como a Pito Pérez, me da por beber. Parafraseando, diré: hablar de política es como hablar con los muertos, y yo sólo tengo el valor de hablar con muertos cuando estoy borracho. Es jueves. Buen día para todos.

lunes, 25 de junio de 2012

Cuando el quipaje se aligera.... o cómo cumplir 47 años.

Cumplir 47 años O la vida nos cambia, o los ojos se van empañando y la perspectiva de las cosas, evidentemente, no es la misma que cuando jóvenes. Será eso que algunos llaman madurez (yo creo que es instinto de supervivencia), pero mientras más años cumplo, hay cosas que van dejando de ser importantes y, paralelamente, cobran importancia otras que, hace años, ni siquiera existían en mi lista de prioridades. Este año, tras un accidentado encuentro con un intenso e inexplicable dolor en salva sea la parte, debo decir que sí sentí que la virgen me hablaba, y me decía: “pedazo de animal, sólo a ti se te ocurre tomar 2.4 litros de Coca-Cola diarios, sin considerar que debes beber agua” (debo confesar que durante 20 años, al menos, mi ingesta de líquidos fue solamente de refrescos, alcoholes y casi nada de agua, y el casi nada se refiere a dos litros de agua al año, cuando mucho), corté de golpe y porrazo con mi ingesta de la chispa de la vida, para abandonarme al placer infinito de beber agua simple, a veces grandes tés de limón, y dejar de lado mi consumo compulsivo de refrescos. Claro, a los 23 años, ue te ocurra eso, es de sabios; a mi edad, se ha vuelto una necesidad imperativa cuidar mi consumo de líquidos, de sólidos, y de fibra, verduras so pena de pasarla mal en los años por venir. Y eso, en la parte final del párrafo anterior, es importantísimo: los años por venir. A los 47, los años por venir se imploran, se suplican, se piden llenos de salud pero, más allá de eso, se piden a gritos. Como si cada vez estuviera más cerca la puerta de salida, uno pide que ese momento se aleje, se haga eterno, y eso, señores, debo decir que era una de las 20 mil cosas me tenían sin cuidado a los 20 años. Ah, la vida cambia, o los ojos se van empañando, se van cerrando, y la lista de prioridades se reduce, y los tesoros no son muchos, pero se van quedando, como en decantador, los más pesados, los más valiosos. El amor es otro de ellos. A los 20, el amor era una especia de trámite para salir con alguien, para acostarse con alguien, para despertar con alguien o para… con alguien. A mis 47, el amor se ha transformado, tanto, que he pasado por todos los estados civiles en menos de 3 años: del divorciado, pasé al soltero; del soltero, al casado, y del casado, otra vez donde empezamos… Soltero. Hace 15 días firmé mi divorcio, y no es que el amor se agotara, no; tampoco que entrara el odio en su lugar. No. Nada de eso. Esta vez, el amor se abrió camino de la manera más extraña y poco convencional que haya visto en mi entera vida: al aceptar que no podemos estar juntos, que la convivencia 24/7 no fue hecha para nosotros, mi esposa, ex esposa, y yo decidimos: SER NOVIOS para siempre! Y me explico: nos casamos, y nos divorciamos, pero amorosos que somos, y amor intenso el que sentimos, que hemos hecho a un lado los convencionalismos y hemos emprendido una nueva aventura que estamos disfrutando: Novios, cada quien en su casa. El amor verdadero libera de ataduras y se encierra en sí mismo y se regodea en sí mismo para convertirse en amor pleno. No digo que a todos les funcione, pero así como a nosotros no nos sirvió estar juntos, a muchos les puede salvar el amor propio y el ajeno. Es decir, a punto de caernos de un precipicio, los dos decidimos retroceder y caminar por sendas separadas, pero paralelas. Y, sí, sin el amor, hoy no me explico la vida. Porque ya no es ese amor físico el que impera, aunque sea también parte importante, sino la convivencia y el compartir con alguien, que es alma gemela, no siamesa, la vida. Yb si el amor de pareja es importante, vayamos al otro amor, al filial, que se convierte en vital y en motor de vida a esta edad. Mi adorada hija que, mañana, un día después que yo, cumple 15 años. Y aunque no quiera, me viene a la mente la pregunta pendeja que a todos nos asalta: “¿en qué momento se fue todo tan rápido?”, y lo pienso y me río. No fue rápido. El tiempo es una medida que le ponemos a la percepción de las cosas. El tiempo es tiempo, y transcurre igual para todos. Es quizá esa cosa de voltear atrás e irte al infinito de los hechos, para darte cuenta que Ximena, mi adorada hija, nació hace 15 años y que el cúmulo de eventos que han transcurrido parecen cortos y pocos, comparado a la cantidad de años, pero o, no es así. Al menos, el tiempo me ha enseñado, como a Dyango, a no querer tanto, y a querer mejor, y con Ximena, ¿qué les digo? He aprendido que el amor verdadero otorga libertad, deja ser, fluye, y cuida, procura, hasta donde el otro no pierda su individualidad. Así amo a Ximena, con miles de errores de mi parte, pero con un amor auténticamente devastador. Puedo ser el huracán, y puedo ser la calma. Que nadie me la maltrate, porque engendro en Lucifer. Salud y amor, vitales. De ahí en fuera, no es que el mundo me valga madres, Al contrario, amo al mundo, y todo lo que hay en él. Sólo que, amigos, cumplo 47, y mis prioridades han cambiado, y hay pocas, muy pocas cosas con las que puedo vivir: salud, amor… Al parecer, mientras más viejo, más ligera es mi maleta. Eso no significa que no valore otras y tantas cosas que la vida me brinda. Sigo siendo un apasionado del trabajo, de los amigos, de la vida misma. Y sigo siendo un apasionado de mirar la luna y de sentir el sol en mi piel. Sigo siendo fan del espresso doble, de la pasta y de un buen tinto. Sigo siendo fan de las risas y sonrisas, y sigo siendo fan de mi trabajo, que tanto me apasiona. Sólo veo que, al llegar a los 47, la lista de prioridades, de esas cosas con las que me costaría mucho trabajo sobrevivir, se va vaciando. Y da miedo, a veces. Antes, de joven, todo era importante: los lugares por conocer, las chicas por conquistar, la fiesta que vivir. Hoy, la fiesta es la vida misma; la chica por conquistar apareció y llena todos mis espacios, y el lugar por conocer es la dicha infinita de mi amada hija. Supongo, asumo que acercarse al final produce miedo, hasta cierto punto, y cómo no, si pienso que cada día que pasa mi maleta se aligera, tanto, como preparándome para que, al llegar a la recta final, yo sepa, asuma, entienda, que el equipaje está vacío, y que hay que abandonar la nave, así, como sea. Sin nada más que lo vivido. Quizá esté acercándome a esa meta. Quizá, en mi experiencia, me quede una década más para disfrutar la vida con una carga tan ligera. Quizá. Sólo quizá. Hoy celebro 47 años, una maleta muy ligera y una copa de tinto en la mano, y la luna como testigo. Y mañana pediré: que no me tapen el sol.

lunes, 18 de junio de 2012

Gastar 328 mil pesos en Coca-Colas? Es verdad...

Quizá ustedes no lo sepan y, en dado caso, les de lo mismo, pero para mí es un logro enorme, de esos que nunca creí lograría: estoy dejando mi amada y bendita Coca-Cola. Un buen susto de hace 3 meses me hizo tomar esta determinación, y ahora bebo más agua que un pez (claro, la cantidad que mi organismo me pide), y muy eventualmente me tomo una Coca-Cola. Y debo reconocer que durante años, muchos, quizá 20, mi única bebida fue esa chispeante y refrescante Coca-Cola. De hecho, mi desayuno a las 6 am, eran los últimos tragos de la botella que colocaba en mi buró, eso y el cigarrito. Pues a 3 meses, sin remordimientos y sin culpas y sin regodearme con la soberbia que suele carcaterizarme en el "yo pude", debo confesar: sí se puede. Yo ya pude. Durante 20 años, más o menos, tomé 2.4 litros de Coca-Cola día a día. Y en ese tiempo gasté, más o menos, 328 MIL PESOS!!!!! Bueno, como digo yo: nunca es tarde para comenzar a cuidarse, y de paso ahorrar una lana. Prometo que desde hoy echaré a la alcancía esos 45 pesos diarios. Quizá el ahorro me sirva para pagar una diálisis cuando mis riñones reclamen tanta bendita Coca-Cola.

Sin mediar palabras se dijeron todo...

Sin decirse nada, entendieron todo. Sin mediar palabra, se dijeron todo y nada. Así son las cosas de las despedidas y de los olvidos. Cada uno toma sus pertenencias, las que sobrevivieron al abandono, y en pequeñas o en grandes maletas emprenden cada uno el viaje de sus propios destinos. No hay rencores, sólo agradecimientos, de esos que se infieren con la mirada. Dios bendiga sus caminos.

sábado, 2 de junio de 2012

Una mujer llena de flores

Se despertó de madrugada. La comezón se hacía incesante y ya era muy molesta como para seguir durmiendo. De esas veces que uno cree que algo es lo suficientemente grande para interrumpir un sueño, ella despertó y se rascó la espalda. Lo que sintió al tocar su piel le causo pavor, terror. Y de inmediato corrió al baño a revisarse: le estaban creciendo flores en la espalda. Flores! F-L-O-R-E-S E-N L-A E-S-P-A-L-D-A!! Estuvo a punto de gritar, de llorar, de salir a despertar a media humanidad para decir lo que, en su corta visión del mundo y de la vida, consideraba un milagro. Pero no gritó y no despertó a nadie. Consideró, pasados los minutos, que era mejor callarse y disfrutar su espalda con olor a rosas y jazmines, a nardos y azucenas. Porque, hay que decirlo: su espalda no era sino más que un enorme ramillete de pétalos multicolores, suaves y sedosos, que cubrían toda la piel. Lo que primero causó terror, se volvió de inmediato en un bálsamo de paz y de tranquilidad que la inundó y la mandó a “viajar” de madrugada. Luego de varios minutos, ella regresó de su “viaje”, gracias a la comezón incesante que le provocaba tanta flor en la espalda. Decidió, usando su sentido común y obedeciendo a su cuerpo, meterse bajo el chorro del agua tibia de su regadera y esto, cabe destacar, le calmó de inmediato la comezón pero oh, sorpresa: las flores crecieron, abrieron. Pasados unos minutos, y ya a punto de amanecer, ella decidió irse a dormir. Quizá al despertar, se daría cuenta que nada de eso había ocurrido y sería uno de esos sueños que, juramos, son reales (así suele decir la gente). Dieron las 7 am, se levantó, atendió a su familia, los despachó al colegio, a las labores, y ella ni se acordaba de sus flores, hasta que decidió meterse a bañar para continuar su día. Y una vez en el baño, y mirando su desnudez (como suelen mirarse las mujeres al bañarse), casi pega el grito cuando descubrió que la rosa del pubis era, en efecto, una hermosa rosa, de tono rosa, claro, y en sus pechos brotaban nardos y, en su vientre, violetas. Gritó, lloró, asustada, terriblemente espantada de lo que le estaba ocurriendo, y en un arranque de miedo fue por unas tijeras y cortó, con inmenso dolor, cabe decir, todo su cuerpo. Ensangrentada, lloró y blasfemó, y volvió a llorar y siguió blasfemando, mientras curaba sus heridas con merthiolate y gasas. Y, como un segundo milagro que ella no entendió, sus heridas sanaron a la media hora. Y otra vez, el silencio inundó su pensamiento. Quedó su mente en blanco y se durmió, para sentir que todo había sido un sueño o una pesadilla. Al despertar, ni flores ni aromas ni recuerdos de lo que en principio creyó un milagro. Era, había sido un milagro y, como tantos milagros, éste pasó desapercibido.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Mis primeros 25 años en el periodismo de espectáculos

Hace 25 años trabajaba yo en Banca Serfín (ya ni existe esa razón social) y era, al mismo tiempo, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad nacional Autónoma de México. Trabajaba, obvio, para mantenerme la carrera, pero mis deseos de entrar a trabajar a los medios era muy grande.
Hice, así, solicitudes en Televisa, y cuando me dijeron que iba a entrar de asistente del asistente en la producción de Enrique Segoviano, me rajé. No era lo que buscaba, en realidad.
Un día, de esas cosas que son del destino y de dios, llegó al banco una chava (Beatriz Sánchez Rosaldo, a quien le debo esta maravillosa aventura), que quería cambiar un cheque, y yo le pedí su identificación; al mostrarme su gafete de El heraldo de México, le indiqué que no era suficiente, que necesitaba una credencial oficial. Regresó al rato y me dio su IFE; sin embargo, y en vez de molestarse por hacerla regresar, hicimos plática y le dije que yo anhelaba entrar a trabajar a un diario. Me dijo: ve al Heraldo, están buscando reporteros.
Y así comenzó todo.
Entré a la redacción de El Heraldo de México un viernes 7 de marzo de 1987; llegué al salir del banco, y grande fue mi sorpresa cuando me dijeron que todos estaban trabajando en la entrega de premios heraldo (ese año, la ganadora del concurso El Rostro fue Angélica Rivera, hoy esposa de Enrique Peña Nieto), y que en ese momento no era necesario que me quedara. Que regresara al día siguiente. Pero no, no me fui; me quedé embobado por horas viendo trabajar a toda la redacción, escuchando el taca-taca incesante de las entonces máquinas de escribir (algunas computadoras, se suponían modernas; eran de pantalla verde y al terminar de llenar la pantalla, tenías que oprimir un botón para que saliera una cinta perforada y ésta había que levarla a galeras, para que te dieran una especie de foto de tu texto.
Eso, señoras y señores, me enamoró: el olor de la galera, la enceradora; los enormes bastidores donde se armaban las planas…
Desde entonces, nadie pudo contra eso: amo esta profesión por sobre todas las cosas.
Hoy se cumplen 25b años de este camino andado, en los que, pormenores más, pormenores menos, ha hecho lo que he querido y con la gente que más he admirado.
Desde mis primeras entrevistas con Emmanuel, José José, Daniela Romo, Marco Antonio Muñiz y otros más, hasta ser jefe de prensa de Salma Hayek, viajar con Luis Miguel a Europa, ser jefe de prensa de Televisa e infinidad de instancias y actores y cantantes, hasta mi paso por el terrible mundo de las drogas, del que pude salir airoso hace 12 años…
Esta historia es muy larga, pues está plagada de anécdotas, buenas y malas, pero todas aleccionadoras.
He entrevistado a Paul McCartney, a Jane Fonda, a Billy Joel, a Elton John… en fin, celebridades de todos los niveles y de todos los colores y sabores y, qué creen? Que sigue siendo una aventura fascinante cada día.
Gracias a todos, a todos los que han creído en mí y me han dejado colaborar en sus espacios, en sus medios; gracias a todos los que siguen creyendo en mí y me dejan colaborar de cerca en sus carreras, en sus actividades.
Son tantos nombres que me da miedo que alguno me falte, pero a todos los que, de una u otra manera han estado cerca de estos 25 años: gracias.