domingo, 24 de marzo de 2013

Para mi siguiente truco, necesitaré una niña que se alimente de máiz...

Cuando Ximena tenía 5 años, y ya divorciado de su sacrosanta madre, yo la veía, igual que hoy, cada 15 días, y le daba de desayunar tortillas con limón y sal, porque era eso lo que a Ximena le gustaba. Un día llamó su madre y le preguntó: "ya desayunaste, panza verde?" (nunca hemos sabido ni disfrutado que le diga así, pero así le dice y se jode la pobre Ximena), y ella, en su infinita inocencia, respondió que sí, que estaba comiendo tortillas con sal y limón. Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno, cualquier acto de David Copperfiel se queda corto al lado de la transformación de mujer a pantera, de pantera a hechicera, de hechicera a lobo feroz, de lobo feroz a quién sabe qué espantosa cosa que gritó, vociferó desde el auricular (casi estoy seguro que, de no haber tenido teléfono, igual la habría escuchado desde Atizapán hasta Villa Coapa): "¿¿¿¿¡¡¡¡ PERO CÓMO SE TE OCURRE QUE ESO ES UN DESAYUNO PARA LA NIÑA?????!!!!!" -Ya tomó su leche-, respondí tímidamente... Y en un momento donde Dios me iluminó y respondí con un ligero, casi imperceptible sarcasmo: -Qué quisieras que le diera? Corn Flakes??- "¡¡¡¡PUES SÍ, ALGO DECENTE; NO TORTILLAS CON SAL Y LIMÓN!!!!", increpó. -Y... no acaso los Corn Flakes y las tortillas están hechas de máiz?-, repliqué... A la fecha, las cosas no han cambiado... Ximena acaba de comer una caja de palomitas en el cine, y refresco, en vez de leche; ya sé que muchos se enojarán y me regañarán... Al rato que ella quiera le daré algo más nutritivo: unos Corn Flakes, por ejemplo...

1 comentario:

Trolls, favor de abstenerse. No son bienvenidos.