sábado, 14 de marzo de 2015

Ximena entrará a la universidad y yo me convertiré en monje...

Éste será mi último comentario festivo, festejoso, pues.
Desde hoy, es decir: a partir de hoy me convertiré en monje cartujo; renunciaré a todos los placeres mundanos, abandonaré mi sibarito modo de vida, me despediré de comidas, cenas, tragos; es más, hasta los amores de ocasión serán ocasión, pero de un adiós.
Desde hoy; es decir: a partir de hoy comeré raíces, yerbas silvestres y sólo beberé agua.
Me bañaré una vez por semana para ahorrar agua, gas y shampoo.
Tendré un cel, pero de esos del Oxxo que no tienen plan de datos y, nada, que limitaré mi existencia casi-casi a respirar...
Durante las noches, meditaré, a la luz de las velas, para ahorrar energía eléctrica...
Y trabajaré de sol a sombra (más, aún más de la vehemencia y ahínco con la que suelo trabajar todos los días) porque, maigos, Ximenita dijo que sí, que el TEC, que todo ok y así, y luego de informarme de los costos que tendrá su educación en dicha institución... bueno, migraña, diarrea y hasta ganas de usar el seguro contra orfandad que cubrirá mi cuota semestral.
Así que si me ven desaliñado, ojeroso, serio más que de costumbre, ya sabrán las causas y no pregunten más.
Ya lo dije todo.
Yupi. El TEC. Yupi. Sí, así.

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