domingo, 11 de agosto de 2013

Tú, como la fe, como la magia...

Te soñé así, con esa mirada taciturna, y esos ojos claro-oscuros; la piel bronceada, y la enorme cabellera... Y de repente, tú, como la magia, como el agua, como el aire, el milagro, la esperanza y la fe: intangible, pero real. Y de repente, tú, sin avisar, como la lluvia de agosto, como el frío de invierno; te esperaba, cierto, pero no tan de repente, tan de golpe, tan así, como la vida misma. Y, de repente, tú en mis madrugadas, en mis pensamientos, en mis ansias de orfebre, de artesano, para crearte un mundo nuevo, un espacio; creación, acción y efecto de crear y de creer, de ser y estar... como tú, tan de repente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trolls, favor de abstenerse. No son bienvenidos.